El arte de escuchar
- Verónica Vilches R.
- 23 ago 2017
- 1 Min. de lectura

Desde el uso del lenguaje oral, escuchar se ha convertido en uno de los sentidos más utilizados, sin embargo, no siempre escuchamos todo lo que oímos, ¿cómo es eso?
Muchas veces fingimos escuchar, prestamos la mínima atención, oímos con nuestros pensamientos en otra parte o simplemente, oímos sólo aquello que nos "regalonea" el ego o concuerda con nuestras creencias.
En el contexto terapéutico, escuchar activamente, es una habilidad que facilita la apertura del emisor para compartir su mensaje pues no sólo prestamos atención al mensaje verbal, sino también a todos los elementos que no son lingüísticos, como el tono de voz, la expresión facial, los gestos, en resumen, todo aquello que nos transmite las ideas, los pensamientos y sentimientos de nuestro interlocutor. En nuestra sociedad actual, por efecto de la inmediatez que nos provee el uso de plataformas como las redes sociales, whatsapp y otras, hemos ido perdiendo la habilidad de escuchar para comprender y estamos escuchando para responder, con intereses egocéntricos que poco contribuyen a un intercambio comunicativo eficiente, eficaz y efectivo.
Con nuestros niños, escuchar activamente promueve una relación cálida entre los hijos y los padres, disminuyendo el miedo a expresar sentimientos negativos, facilita la resolución de problemas, posibilita que el niño sienta más deseos de escuchar las ideas y pensamientos de sus padres, en definitiva, hace que "el niño sea el que habla".
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